LA HISTORIA DE
FELIPE, UN PERRO ABANDONADO.
REGRESO CON GLORIA
Ayer domingo fuimos a una excursión
al balneario Santa Ana en Colonia.
En la hostería donde almorzamos,
durante el té de la tarde otra pasajera me contó una historia muy linda sobre
su perro.
Este can fue abandonado en la zona
del Parque Posadas, como tantos. Y se cobijaba en la entrada del edificio donde
vive René.
Ella se encargó de que Felipe
–nombre que ella eligió- comiera y estuviera bien atendido.
Todos los días René pasaba a su
perrita Hanna, y veía a Felipe, que las acompañaba en el paseo, protegiendo a
Hanna de todo perro que se le acercara,
como si fuese su hermana.
Pasó el tiempo y René se dio cuenta
de que Felipe necesitaba un hogar, ya que así vivía a la intemperie. Además
ella en su pequeño apartamento no lo podía tener, pues ya tenía a Hanna.
Entonces buscó a alguien que
quisiese a un perrito y que tuviese una casa para llevarlo.
Encontró a una señora que aceptó la
propuesta y se la llevó a su casa en el Cerro.
Un día la llamó una amiga que le
contó que había visto a Felipe en la calle.
René le dijo que este había ido a
vivir a la casa de una señora por la zona del Cerro. Que el que ella vio sería
un perrito parecido. Se quedó algo extrañada pero no dudó en que el perro
estaba bien en su nuevo hogar y en buenas manos.
Enseguida decidió llamar a la señora
que tenía a Felipe. Esta le dijo que ¨a Felipe lo agarró un auto¨ o sea que fue
atropellado.
René lamentó el hecho, y se culpó
bastante, ya que la idea de darlo fue de ella, para que el animal mejorara su
calidad de vida Y se dio cuenta de que ya no podía hacer nada.
Pasaron unas semanas hasta que un
día baja René del noveno piso a pasear a Hanna.
Apenas llegó a la entrada del
edificio se llevó la sorpresa de que Felipe la miraba, pero estaba muy flaco y
sucio.
Entonces René lo atendió, lo trató
con un veterinario y se lo llevó a vivir con ella y Hanna.
Me gustó mucho esta historia tan
sencilla que demuestra la fidelidad de este animal hacía René a la que consideraba
su verdadera dueña y a este lugar como su hogar.
Esta historia muestra que no toda la
gente que recibe un can es confiable y merecedora de tenerlo.
Era tanto el deseo de volver de
Felipe, que caminó varios kilómetros para volver. Logrando su objetivo, aunque
el esfuerzo lo dejó exhausto.
Por suerte, todo quedó en una
anécdota, y hoy vive muy cuidado y feliz, con René su mamá adoptiva y con Hanna
su hermanita querida.
Lo mejor de este caso es que esta
señora de 72 años, viuda a los 42 y cuya única hija vive en el exterior, tiene
a una familia nueva- canina- que hoy es la única que la acompaña.
Por algo se dice que el perro es el
mejor amigo del hombre, el más fiel, y con esta historia ha quedado demostrado.
Por eso, no compres un perro,
adóptalo, dicen, y además dale tu cariño y es seguro que nunca te abandonará, y
lo que es mejor no te defraudará.
FUENTE: una historia contada en el verano de 2017.
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